Cuido una planta bella/Nasín canda as prantas nasen es una exposición colectiva de un grupo de artistas que encuentran inspiración en su entorno cotidiano: los campos y mares de Galicia, así como sus gentes, leyendas y folclore. Muchos de estos artistas son multidisciplinarios, y su trabajo varía en gran medida, tanto en estilo como conceptualmente. La mayoría de las obras de la muestra son figurativas y representan seres humanos o híbridos, y criaturas de los reinos animal y vegetal, reales o imaginarios.
La planta baja de o museo pequeno incluye obras de once creadores de obras en cerámica, que tienen en común el estar cursando estudios o haberse graduado del Taller Cerámico de la EASD Pablo Picasso de A Coruña: Mar Abella, Ángeles Álvarez Madi, Marta Aramendia, Esaú Belzegul, Odile Cano, Aita Costa, Cristina Losada, Patri Morales, Nuria Naveiras, Sara Salgado, y Dennise Vaccarello.
La entreplanta presenta tres ilustraciones de Aníbal Balbona, de Estudo Aldea, un obradoiro situado en el rural de Vilalba (Lugo). El título de la exposición refleja los títulos de dos poemas de Rosalía de Castro en los que la poetisa gallega reflexiona sobre la vida, sus sentimientos, y su relación con la naturaleza.
@abella.mar @maramendia_ceramica @belzegul_eskultura @odilecano @aita.costa , @cristina_losada_castro @trebohada @nurianaveiras @sarasal.ceramica @the_nn_is_e @estudo.aldea #artegalega #ceramicagalega #arteencoruña @easd_pablopicasso #rosaliadecastro
Mexacáns, de Aníbal Balboa
Cuido una planta bella, de Rosalía de Castro
Cuido una planta bella
que ama y busca la sombra,
como la busca un alma
huérfana, triste, enamorada y sola,
y allí donde jamás la luz del día
llega sino a través de las umbrosas
ramas de un mirto y los cristales turbios
de una ventana angosta,
ella vive tan fresca y perfumada,
y se torna más bella y más frondosa,
y languidece y se marchita y muere
cuando un rayo de sol besa sus hojas.
Para el pájaro el aire, para el musgo la roca,
los mares para el alga, mayo para las rosas;
que todo ser o planta va buscando
su natural atmósfera,
y sucumbe bien pronto si es que a ella
oculta mano sin piedad la roba.
Sólo el humano espíritu al rodar desquiciado
desde su órbita a mundos tristes y desolados,
ni sucumbe ni muere; que del dolor el mazo
fuerte, que abate el polvo y que quebranta el barro
mortal, romper no puede ni desatar los lazos
que con lo eterno le unen por misterioso arcano.
Por eso yo que anhelo que el refulgente astro
del día calor preste a mis miembros helados,
aún aliento y resisto sin luz y sin espacio,
como la planta bella que odia del sol el rayo.
Ya que otra luz más viva que la del sol dorado
y otro calor más dulce en mi alma penetrando
me anima y me sustenta con su secreto halago
y da luz a mis ojos por el dolor cegados.
Instalación de "Cuido una planta bella/Nasin cando as plantas nasen"
O museo pequeno presenta UNHA LÁMPADA SOA NON BASTA, unha instalación do artista Mauro Trastoy que redefine a función orixinal do espazo como escaparate. A partir do 23 de maio, a obra transforma o lugar nunha experiencia de contemplación íntima, onde luz, materia e silencio dialogan a través dunha única peza.
A instalación nace dunha investigación escultórica que Mauro Trastoy desenvolve desde 2012, empregando cinta de carrocero e arame para crear unha lámpada que habita un espazo envolvente e silencioso. O tratamento do chan, o fondo escuro e a luz azul modelan a percepción, convidando ao espectador a unha pausa sensorial nun ambiente minimalista.
Inspirado nas hornacinas relixiosas, nas atmosferas de Mark Rothko, na escultura lumínica de Gisela Colón e nas instalacións de James Turrell, o proxecto recupera a esencia do escaparate como lugar de honra, protección e recollimento.
UNHA LÁMPARA SOA NON BASTA poderá visitarse ata o 27 de xullo, con actividade especial de visita guiada o 6 de xullo.
Inauguración: 23 de maio, de 19 a 21 horas.
Lugar: o museo pequeno (A Coruña)
Datas: Do 23 de maio ao 27 de xullo
Máis información:
Web artista: www.trastoy.com/lampada_omuseopequeno
Instagram artista: @maurotrastoy
Web galería: www.omuseopequeno.com
@omuseopequeno
Alberto Pena es un artista multidisciplinar (pintura, grabado, instalación) que comienza su proceso creativo recogiendo objetos de su entorno, tanto natural como urbano, que luego lleva a su estudio para allí utilizarlos como punto de partida de su elaborado lenguaje plástico, repleto de complejos símbolos e imágenes personales. A menudo, el artista utiliza la técnica de la impronta, es decir, crea una imagen positiva al impregnar con pintura un objeto para luego presionarlo sobre el lienzo, o negativa, al aplicar pintura de espray a su alrededor mientras yace depositado sobre un soporte. Pena usa estas formas y texturas para crear paisajes abstractos, fantásticos y surrealistas, de colores saturados y sorprendentes, que rebosan formas orgánicas, acumulaciones, y estructuras.
Alberto Pena considera su obra "pintura expandida", repleta de referencias al arte primitivo, al expresionismo abstracto, y muy influenciada por los conocimiento botánicos y geológicos. Las pinturas resultantes, llenas de variaciones cromáticas, juegan con la sensación de escala del espectador, y se convierten simultáneamente en micro y macro topografías.
Pena afirma que sus obras son imágenes reparadoras que asocia con la psicología humanista y con la psicoterapia. Para el artista, la creación artística requiere un trabajo interior, y por lo tanto, una transformación vital, por lo que sus obras reflejan de forma inequívoca no sólo sus emociones, sino su propio crecimiento personal.
Haz click en la imagen de Alberto Pena para visitar su página web.
Xardín fragmentario, 2025
Alberto Pena
Instalación con lienzos, pintura acrílica, vinilo, foco de luz
Cortesía del artista
Xardín fragmentario es una instalación creada específicamente para o museo pequeno por el artista gallego Alberto Pena. En la planta baja se incluye una gran tela creada por adición de fragmentos de lienzos pintados que, parcialmente suspendidos desde su parte posterior, crean un espacio cóncavo. A modo de taza o de acuario, la obra inunda parte del interior del museo, tocando con sus bordes los límites físicos de los escaparates principales. Este collage gigantesco de volúmenes irregulares, formas biomórficas, y colores vivos sugiere las paredes rugosas de una cueva, mientras que un único foco de luz rasante colocado en el suelo enfatiza los contrastes y genera una cierta teatralidad barroca.
La tela del lienzo está formada por la acumulación de retales rectangulares, pedazos sobrantes o desperdicios de otras obras del artista, pegadas unas a las otras, siguiendo leyes dadaístas del azar. Si bien el proceso de pegado es aleatorio, la colocación final de la pieza y sus pliegues y arrugas responde a una intención muy específica, y la composición final crea un efecto equilibrado. Cada retal está lleno de impresiones en negativo de elementos orgánicos que generan un jardín o “fraga” de vegetación abundante: raíces, arbustos, ramas, hojas, flores, semillas, palos, piedras, malas hierbas, cortezas, etc., y otros elementos del mundo natural, recogidos por el artista durante sus paseos. En su conjunto, y vista desde lejos, la obra asemeja un paisaje colorista, un ambiente idílico, un edén frondoso y húmedo, con reflejos del agua cristalina e inesperadas criaturas que yacen en sus recovecos.
Cada uno de los fragmentos rectangulares de este gran lienzo ha sido ejecutado con pintura de espray esparcida sobre un soporte de tela. La utilización de esta técnica se remonta a tiempos prehistóricos, cuando los humanos comenzaron a pintar la silueta de sus manos al soplar a su alrededor con pigmentos líquidos contenidos en una caña. Esta creación de una especie de imagen en negativo está también inspirada en los radiogramas de Man Ray, las sombras chinas, y las primeras imágenes de los pioneros de la historia de la fotografía, específicamente los cianotipos de Anna Atkins, quien los utilizaba precisamente para registrar su colección de plantas.
A diferencia de estos precursores y de la lentitud de su técnica, Pena deposita sus lienzos en el suelo y con movimientos rápidos y vigorosos esparce la pintura de aerosol sobre ellos. Esta técnica ágil y espontánea se asemeja a la “action painting” del expresionista abstracto Jackson Pollock, quien, a su vez, estaba influenciado por las pinturas de arena de los indios nativos norteamericanos. Si bien los fragmentos de Pena provienen de objetos específicos, la imagen final es obviamente una obra abstracta, y resulta imposible identificarlos debido a su intrincada superposición.
En la entreplanta de o museo pequeño el artista ha instalado dos reproducciones con vinilo de pinturas iluminadas con luces led. Estas imágenes están inspiradas en flores tropicales, sensuales, con colores vibrantes y formas exóticas, que sugieren una especia de ceremonia o ritual para rendir homenaje a lo sagrado de la naturaleza. En la ventana central se pueden contemplar varios videos del proceso creativo de Alberto Pena.
Xardín fragmentario expresa el interés de Pena y de o museo pequeno de proteger y conservar el paisaje natural de nuestras tierras gallegas, incitando las intervenciones respetuosas con nuestro medio ambiente. En este sentido, la obra fue creada para sensibilizar a los ciudadanos, invitándolos a conocer mejor, valorar, y conservar el patrimonio ambiental que nos rodea.